El RD 179/2003 obligaba a las empresas a etiquetar los yogures con la fecha de caducidad y esta debía ser de 28 días tras la fecha de elaboración.

Se ha comprobado que gracias a la tecnología moderna, las técnicas de envasado y el mantenimiento de la cadena de frío, el yogur puede tener una duración mayor, por este motivo y para evitar las pérdidas debidas a los desechos de yogures en buen estado, el RD 176/2013 deroga la legislación anterior,  permitiendo a los fabricantes de yogures elegir si indicar la fecha de caducidad o la de consumo preferente, asi como poner la fecha que los elaboradores estimen oportuna.

• Fecha de caducidad: Pasada la fecha, el alimento supone un riesgo para la salud, con lo que no debe consumirse.
• Fecha de consumo preferente: Tras la fecha, el alimento comienza a alterarse, perderá cualidades que le confieren calidad, pero sigue siendo seguro.

Los fabricantes de yogures, han decidido seguir indicando la fecha de caducidad, pero ampliarla respecto a los 28 días. Con esto, la industria nos indica que los yogures no son eternos, caducan mas tarde, pero caducan. Pasado el plazo, el alimento ya no es seguro y debiera de tirarse. Si se consume, la empresa no se responsabiliza si causa algún daño a la salud. El cliente asume el riesgo que conlleva.

Como puede verse en este informe del Ministerio de Agricultura, el yogur es el alimento que mas consumimos pasada la fecha de caducidad y esto puede explicarse, sabiendo que en el yogur conforme pasa el tiempo, aumenta su acidez y cuanta mas ácido, mas seguro es un alimento, de ahí que no suela tener consecuencias el tomar un yogur caducado de unos días. Aunque al aumentar el tiempo la acidez lo vuelve desagradable. Van apareciendo también otros factores indicativos de la pérdida de calidad, como el aumento de la separación del suero (sinéresis) y el cambio de sabor debido a la oxidación. 

Le explicamos las claves entre la fecha de caducidad y de consumo preferente.